
Este año, la campaña electoral pondrá en juego el equilibrio de fuerzas interno y el liderazgo del Frente de Izquierda-Unidad (FIT-U). La coalición compuesta por el Partido Obrero (PO), el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS), Izquierda Socialista (IS) y el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) transita por un acalorado debate sobre la “proscripción” electoral a la vicepresidenta Cristina Kirchner y una disputa abierta por las candidaturas.
Desde que el FIT-U ingresó en clima electoral, se anunciaron tres formúlas con precandidatos presidenciales que podrían competir en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) de agosto: Myriam Bregman-Nicolás del Caño (PTS); Gabriel Solano-Romina del Plá (PO) y Celeste Fierro-Alejandro Bodart (MST). Esta semana, el Nuevo MAS, con Manuela Castañeira como precandidata, se incluyó como un cuarto competidor, en caso que los otros sectores de la alianza le habiliten el ingreso.
Independientemente de los nombres, en la alianza electoral hay algunas diferencias de rumbo. Confían en que este año se abre una oportunidad política para crecer en apoyo por el descontento social. Pero hay matices de percepción sobre la estrategia y la situación política. O, al menos, así lo exponen públicamente.
Desde hace tiempo, el PO ensaya una cruda crítica hacia el PTS por representar una “izquierda light”, en la que “prioriza su participación electoral en vez de no organizar la bronca popular contra el ajuste”. “Esto es doblemente peligroso porque puede permitirle a Javier Milei levantar cabeza”, sostuvo Gabriel Solano a Infobae. “Tampoco estamos viendo que el PTS haya modificado cierta prescindencia a las luchas de los sectores desocupados”, agregó en relación a las protestas del Polo Obrero y “Unidad Piquetera” que esta semana volvieron a movilizarse en la 9 de Julio.
Hace días, Solano también cuestionó duramente a la diputada nacional Myriam Bregman por sus declaraciones sobre la sentencia contra Cristina Kirchner por administración fraudulenta en la causa “Vialidad”, que la condenó a 6 años de prisión e inhabilitación permanente a ejercer cargos públicos. En sintonía con el argumento de la “proscripción”, la abogada de derechos humanos dijo que el fallo es “altamente cuestionable” y que expresa “un rol cada vez más político de los poderes judiciales en la región” para definir quién puede ser candidato.
“Se están pegando demasiado al kirchnerismo. No me parece solo a mí y a mi partido, incluso otros partidos del Frente de Izquierda salieron a criticarla”, cuestionó Solano en declaraciones a Radio Rivadavia. A diferencia de la lectura del sector de Bregman y Del Caño, el dirigente del PO no tiene dudas que la CFK participó o fue cómplice de algún esquema de corrupción que merece ser juzgado.
En el PTS evitan contestar las acusaciones de sus compañeros de ruta y suelen atribuirlo como algo normal en la previa a los cierres de listas. En última instancia, y en caso de no existir un acuerdo político, confían en que todo se definirá en las urnas a través de las PASO. Este fin de semana, Bregman y Del Caño estuvieron en las puertas de las empresas FATE y Kraft dialogando con obreros. “Con Macri estuvimos mal, ahora estamos igual o peor, decía un laburante. Los contratados cobran la mitad de los efectivos. Los efectivos también se matan yendo de lunes a lunes, entonces les descuentan impuesto a la las ganancias. Los relatos mueren en la puerta de la fábrica”, dijo la abogada de derechos humanos.

El sector que suele mediar entre las disputas entre el PTS y el PO es Izquierda Socialista. Con tono crítico, la organización partidaria que está referenciada en el ex diputado Juan Carlos Giordano propone una fórmula encabezada por Bregman-Solano y cuestiona que se deseche esa “propuesta unitaria de candidaturas”. “Sería un gran error dividir al FIT Unidad en las PASO”, caracterizan.
Para el PO, en cambio, los desacuerdos son más profundos. “El PTS está en un armado electoralista y en contra del ánimo popular de bronca hacia la política. Nos preocupa porque podemos ser vistos como una casta, como una izquierda que solo quiere ir a elecciones”, agregó el ex candidato a jefe de Gobierno porteño a este medio, que caracteriza que la Bregman-Del Caño representa ser “furgón de cola de Cristina”.
Desde afuera de la alianza electoral, el Nuevo MAS volvió a realizar un nuevo intento para sumarse al FIT-U, con una carta para que haya una propuesta política y una campaña electoral unificada de toda la izquierda, con un “perfil claro anticapitalista” y un programa que “ofrezca una salida ante la decadencia del país y la desigualdad social”.
“Frente al ajuste permanente del FDT comandado por el FMI y ante las variantes de derecha de Juntos y de extrema derecha de Javier Milei es responsabilidad de la izquierda lograr la unidad tanto en las elecciones como en las luchas que cada día protagonizan las mayorías sociales en nuestro país”, dijo Manuela Castañeira, la ex precandidata a presidente por el Nuevo MAS.
En las últimas elecciones, el Nuevo MAS estuvo excluido de esa alianza electoral y tuvo que presentar boletas en soledad. El Partido Obrero siempre se mostró crítico a su incorporación por tratarse de un “pequeño grupo”.

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Por el momento, el pedido de la organización que encabeza Manuela Castañeira vuelve a caer en un saco roto entre las fuerzas del FIT-U. Es que cada partido está en su respectiva campaña y no hay negociaciones en curso a nivel nacional. Los avances solo se producen en las provincias que tienen más desarrollado su calendario electoral.
En estos comicios locales los partidos trotkistas acordaron listas comunes en Neuquén, Río Negro, Tucumán, La Pampa y Jujuy. En los primeros tres encabeza el PO, y en el último lidera el PTS. En la provincia del gobernador Gerardo Morales (UCR) es en dónde más chances tiene el FIT-U de hacer una buena elección y lograr un elevado piso de votos. En 2021, el diputado nacional Alejandro Vilca dio la sorpresa en ese distrito con un resultado histórico con 25% de votos afirmativos. Este 7 de mayo, irá como precandidato a gobernador.
Mientras que en Mendoza habrá una competencia en las PASO con dos boletas, el único distrito donde el FIT-U terminó en una ruptura es Salta. En ese distrito, y sobre el filo del cierre de listas, se presentó por una lista conformada por el PO y el MST encabezada por Claudio del Plá como candidato a gobernador. La otra nómina adversaria, que representa el PTS, lleva como candidata a Daniela Planes. El quiebre se produjo por una controversia que surgió con el concejal de Orán, Samuel Huerga (ex PO y actual dirigente del MST), quien llegó a compartir una presidencia rotativa en la comuna con la UCR y el PJ.
Por fuera de todas estas agrupaciones, en silencio, otro sector de la izquierda anticapitalista reunió los requisitos legales para participar de las elecciones nacionales. Política Obrera, la agrupación de Jorge Altamira, obtuvo esta semana la personería en Buenos Aires, CABA, Tucumán, Salta y Santiago del Estero. La jueza María Servini de Cubría corroboró más de 20 mil afiliados y resolvió en un dictámen su derecho a competir.
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